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viernes, 4 de noviembre de 2011

Chávez y el chavismo son vencibles

 Siempre y cuando los mensajes y propósitos del candidato electo sean claros y honestos.

No basta ser mediático, ni tener mejores discursos, es indispensable sembrar en la conciencia de los venezolanos la esperanza que un cambio es necesario y posible para poder resolver los problemas económicos de la mayoría que son, entre otros, la necesidad de contar con empleos estables y poder mejorar el poder adquisitivo de la población.   Para que ello sea creíble no puede basarse solo en promesas es indispensable explicar de manera sencilla, qué se requiere para lograrlo y en cuánto tiempo se alcanzarán las metas.


Chávez ha vivido en gran parte de la esperanza de que sus promesas se cumplirán a pesar de que es el gobernante de los últimos 62 años que ha construido el menor número de viviendas. Tampoco ha sabido promover la generación de empleos dignos, sólo ha creado una masa clientelar, por lo general mal remunerada, que depende del poder central. Basta ver las cifras de una inflación que no cede para darse cuenta de cómo ha disminuido el poder adquisitivo de los venezolanos.

El Estado debe ocuparse prioritariamente de resolver el problema de la inseguridad, asegurar que la infraestructura vial funcione y que el transporte público sea eficiente y accesible a todos. Que la salud pública y la educación sean una prioridad no solo cuantitativa sino de excelencia. Que los programas sociales y las misiones sean gerenciadas de manera efectiva deslastrándolas de la corrupción que las empequeñece.

Chávez ya tiene encima 13 años como protagonista, lo que ya es demasiado y no ha podido transformar a Venezuela en una nación próspera que le brinde a todos sus habitantes la posibilidad de acceder a un mejor nivel socioeconómico en libertad y con igualdad de oportunidades. Hay que devolverle al sector privado su capacidad de generar empleos dignos y bien remunerados.

Quienes hoy compiten por obtener la confianza de la población para ser el candidato a la presidencia de la República, son todos formados y con experiencias exitosas en el manejo de políticas públicas. Son la expresión de una nueva generación que apunta al futuro y que no están marcados por el lastre del pasado.

Pero lo más importante es que sea el que fuere el elegido contarán con el apoyo y la experiencia de todos los integrantes de la unidad. Un país no lo construye un hombre solo sino un equipo en el que la figura del candidato sea el director de una orquesta de hombres y mujeres que sepan y quieran interpretar al unísono la partitura del cambio que haga renacer el optimismo de todos hacia un futuro mejor.

FUENTE: Analitica.com

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