Siempre y cuando los mensajes y propósitos del candidato electo sean claros y honestos.
No basta ser mediático, ni tener mejores discursos, es indispensable sembrar en la conciencia de los venezolanos la esperanza que un cambio es necesario y posible para poder resolver los problemas económicos de la mayoría que son, entre otros, la necesidad de contar con empleos estables y poder mejorar el poder adquisitivo de la población. Para que ello sea creíble no puede basarse solo en promesas es indispensable explicar de manera sencilla, qué se requiere para lograrlo y en cuánto tiempo se alcanzarán las metas.
Chávez ha vivido en gran parte de la esperanza de que sus promesas se cumplirán a pesar de que es el gobernante de los últimos 62 años que ha construido el menor número de viviendas. Tampoco ha sabido promover la generación de empleos dignos, sólo ha creado una masa clientelar, por lo general mal remunerada, que depende del poder central. Basta ver las cifras de una inflación que no cede para darse cuenta de cómo ha disminuido el poder adquisitivo de los venezolanos.
Chávez ha vivido en gran parte de la esperanza de que sus promesas se cumplirán a pesar de que es el gobernante de los últimos 62 años que ha construido el menor número de viviendas. Tampoco ha sabido promover la generación de empleos dignos, sólo ha creado una masa clientelar, por lo general mal remunerada, que depende del poder central. Basta ver las cifras de una inflación que no cede para darse cuenta de cómo ha disminuido el poder adquisitivo de los venezolanos.