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lunes, 23 de enero de 2012

Los pre-candidatos de la oposición democrática

La verdad es que el abanico de pre-candidatos a la candidatura presidencial única de la oposición democrática es atractivo. Son cinco personas (excluyo a Pablo Medina, quien no tiene nada que buscar aquí) con juventud las más, con experiencia y sentido común otras, con entusiasmo cívico todas ellas. Desde el inicio he pensado que este es un grupo que debería mantenerse como grupo, no importa quien sea él o la elegida, a fin de formar, si se ganan las elecciones, un gobierno que pueda reparar lo antes posible el inmenso daño hecho por Hugo Chávez Frías. A ese grupo deberían añadirse Antonio Ledezma y Oswaldo Alvarez Paz, quienes han tenido una actuación estelar durante estos duros años.

Creo que lo más importante no es quien gane la nominación sino el grado de compromiso y apoyo que todos le demos a esa persona seleccionada. No tengo nada contra el carisma y la personalidad pero pienso que con carisma, chistes y sonrisitas no se resuelven los problemas. Si hay alguien que dude de esto, lo remito a los pasados 14 años de pesadilla nacional bajo un líder carismático, anecdótico, inepto y cursi llamado Hugo Chávez.

Hay un concepto para el cual estoy ganado, el sostenido por el pre-candidato Diego Arria: el gobierno de transición. Lo que nos espera el día después de un eventual triunfo oposicionista es “Eneas con Rinquincalla”. Venezuela está en el suelo. Creo que el gobierno que tome las riendas del país el día uno después de Chávez, tendrá que enfrentar un país en caos. No exageramos.Tenemos una infraestructura física e institucional en ruinas, enormes deudas, credibilidad internacional cercana a cero, un país de masas acostummbradas a la limosna populista. Este es un país en un nivel aterrador de deterioro.

Es preciso concluír, por lo tanto, que quien sea el primer presidente democrático post-Chávez tendrá que olvidar su futuro político en aras de la gran tarea de hacer “lo que hay que hacer”, no lo que le dé dividendos políticos. Será como limpiar los establos de Augías, una tarea hercúlea.

Por eso estoy convencido de que esta coyuntura no es una que pudiera definirse como tradicional en el sentido político. Si me apuraran mucho, diría que quien vaya a limpiar los establos debería ser el miembro del grupo que menos aspire a una carrera política de largo alcance. Ello apunta a Diego Arria.

Por supuesto, ello no descarta a otros pre-candidatos quienes estén animados del mismo espíritu. María Corina se me antoja una maravillosa tecnócrata quien también podría poner órden en la granja. No veo a María Corina como un político de carrera, por lo cual ella podría contribuir poderosamente a poner a Venezuela de pié.

Quien quiera que gane el honor de representar a la Venezuela democrática en las elecciones de Octubre de este año deberá estar consciente de que no podrá llegar a la presidencia cantando las mismas canciones del pasado. Nada de promesas incumplibles. Nada de concesiones populistas. Nada de hacerle creer al pueblo que ellos tienen derechos sin deberes. Perpetuar ese estilo malhadado, esa fábula cobarde, sería mantener al país en el mismo rumbo de desastre que ha tenido en los últimos catorce años (o más, porque este problema se agudizó con Chávez pero empezó antes de Chávez ).

Como dicen en latín: “Caveat Emptor”. O como dicen en Maracaibo: “Vos veís en lo que te estaís metiendo, mijo”.

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