De todos es conocido que ya no solo se restringe a dos o un paquete por
individuo en la compra de harina, arroz, leche o aceite, en la actualidad
también se condiciona la venta de este artículo de primera necesidad en el aseo
personal.
Hablar de este tema cercano a la escatología, o relativo a cosas
excrementicias y sucias resulta algo fuera de lugar, sobre todo cuando siempre
estamos disertando poéticamente sobre tópicos muy puntuales que atañen a la
sociedad venezolana, impregnándolos de recursos literarios y artísticos que
colaboren a un entendimiento más sutil de la realidad, sin embargo siempre hay
una primera vez y hoy nos acercamos a estos tratados poco aromáticos del papel
higiénico, inventando gracias a Dios en 1857 por un neoyorquino de apellido
Gayetti, que lanzó al mercado el moderno producto a base de hojas de papel
manila sin blanquear y que hoy después de casi 155 años está ausente en los
estantes del mercado venezolano, presentando grandes limitaciones en la
comercialización del producto.