¿Y si las circunstancias requiriesen un bateador emergente presidencial?
MIGUEL SANMARTÍN
| EL UNIVERSAL
Otra vez los rumores, el
misterio. Otra vez los desmentidos rabiosos de sus partidarios que luego
él mismo confirmaría. Otra vez la expectativa, la zozobra. ¿De qué se
trata ahora? ¿Será lo mismo? ¿En otro órgano? ¿Será grave? Sea lo que
sea, algo tiene. Y lo que sea que tiene requiere "chillo". Él lo dijo...
y dijo -entre líneas- algo más: mi vida no me pertenece desde hace
bastante tiempo (sic). También descartó operarse aquí. Prefirió viajar a
La Habana -donde, acotó, se siente (¿él o su "gran" secreto?) más
seguro- confiando su atacada salud a galenos cubanos. ¿Cuánto tiempo
convalecerá?
Preguntas y más preguntas. Muchas conjeturas. En la revolución
hay susto, desconfianza. En estos trances el secretismo no es el mejor
remedio que se pueda prescribir. Porque entre dudas y desasosiego
germina el desaliento. El misterio en torno al nuevo padecimiento, su
tratamiento y consecuencias se ha convertido en otra forma de enfermedad
nacional.
Confirmada por él la recaída y cirugía impostergable, solo resta
conocer los resultados (¿?) de la intervención y estudios patológicos.
En paralelo cursa otra "operación", la operación cambio: ministros,
diputados y otros funcionarios genuflexos (y desinformados) sustituyen
sus insultos-desmentidos iniciales contra quienes divulgaron la recaída
por loas melifluas al paciente.
Este dictamen médico (algunos especialistas anticiparon la
recurrencia) tendrá, sin dudas, un impacto (sol y sombra) con
irradiación. Local e internacional. Sobre todo en el clima electoral. En
las instituciones, gremios y sociedad civil. En el devenir de la
revolución. Para el chavismo es el dedo escarbando la llaga que le
provocó el resultado de las primarias de la MUD. Nunca imaginó una
participación tan alta en esos comicios.
La oposición democrática deberá manejarse con cautela y
sensatez, como hasta ahora. Los tiempos que corren son difíciles y se
pondrán más intrincados. El oficialismo la tiene más complicada por el
personalismo imperante en sus filas. Aunque lo disimulen con prédicas
plañideras para confortar al líder aquejado, a esta hora enfrentan sus
demonios: la ambición de los diferentes gerifaltes y círculos de
influencia que orbitan dentro del oficialismo. Ese es un tema no
abordado. Una inquietud latente, escabrosa y riesgosa.
La recaída sorprende al "dedo supremo" sin haber concluido la
selección de candidatos a gobernadores y alcaldes y los sustitutos del
Vicepresidente y ministros removidos. ¿Y si las circunstancias
requiriesen un bateador emergente presidencial? Son palabras mayores que
nadie se atreve a pronunciar puertas adentro. Además, él lo prohibió
expresamente.
msanmartin@eluniversal.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
El propietario de ésta página no se hace responsable por los comentarios emitidos por los usuarios!